Mito de la Quimera

Cinco, es una palabra, una cosa, un número, una magnitud, un hecho cotidiano, algo sin mucho que aportar, sin mucho que esconder, cinco es la realidad pedestre que nos envuelve. De a quintos es que la poesía de lo que nos rodea se escapa escurridiza en las miradas amansadas con  que repasamos el mundo cotidiano, mundo pentagramado en causas y consecuencias que se sumergen en una infinitud supuesta, teórica, posible, de un universo que no tiene límites, aunque para nosotros se agote en las pocas y muy concretas cosas con que elegimos rodear nuestros días. Es por eso necesario poner atención a los números de la cifra cotidiana para darles forma, preñarlos de identidad, traerlos al mundo donde habitan los misterios de lo que existe para devolverles su poesía. Entonces cinco pasará a SER, a ser cinco, y siendo cinco podremos preguntarle... cinco hombres? cinco abriles? cinco tercios? cinco millones? cinco obviedades? cinco pruebas de que cabe todo? todo lo que pudiera caber? todo lo que existe y todo lo que existirá, todo lo que es, de a cincos cabe! materializado cabe! penta-presente cabe! en la existencia de cada una de las cosas que le son ajenas cabe!
Cada cinco contiene una potencia total, que lo desborda, que lo transforma en una incognita, al menos para quienes se atreven a preguntar por su ser. En cada cinco habita todo, la quimera, lo indescifrable,  pesares, expectativas y la agonía de quien vio por primera vez y con terror, al muy cínico cinco,  habitando por fuera de las cabras, sillas, hojas, mantas, vidas, a las que supo servir una vez diligentemente. Imaginemos un hombre antiguo, sincopado el también, que haya visto crecer con pavor la sombra ancestral de ese monstruo que se extendió hasta ser todo lo que en este mundo cosa alguna pudo jamás aspirar a ser: un símbolo, un límite. Transitemos con él, hermanados en el sobrecogimiento de quienes se supieron devorados y sublevados por la razón de ser de una sombra más poderosa que la existencia misma. Sombra que supo fagocitar al mundo y devolverlo después a nosotros, todo nuevo e infinito pero otra vez, contenido en cinco sentidos con que explorarlo... pentasentido de infinito eh! que cinco cínico...